Historia
lunes, 9 de marzo de 2015
General Sir Edmund Allenby
General Sir Edmund Allenby
Militar británico. Mariscal
de campo perteneciente al arma de caballería, participó de manera decisiva en
las últimas grandes guerras que sostuvo el Imperio Británico en África, a
finales del siglo XIX, además de dirigir con sus tropas la victoriosa campaña
de Palestina en la Primera Guerra Mundial.
En el año 1884 ingresó en
el cuerpo de los Dragones, acantonados en Inniskilling (Botswana actual), en el
que destacó en las dos expediciones que su cuerpo realizó en Bechnanalandia
(1884-85) y en Zululandia (1888). Entre los años 1899 a 1902 estalló la guerra
de los Bóers, en la que Allenby también tomo parte decisiva.
Fue nombrado inspector
general de la caballería británica en el año 1910, cargo que desempeñó hasta el
estallido de la Primera Guerra Mundial, en julio del año 1914, tras lo cual se
le asignó el mando de toda la caballería británica en territorio francés.
Volvió a demostrar su gran
valía como soldado y estratega en las batalla de Arras (abril 1917) e Yprés
(junio 1917), por lo que fue ascendido al rango de general y nombrado caballero
de la orden de Bath.
Pero donde Allenby
realmente destacó como militar fue en las campañas británicas llevadas a cabo
en el Oriente Próximo. en la tercera batalla de Yprés, fue nombrado comandante
en jefe de la fuerza expedicionaria egipcia.
Allenby fue distinguido con
el título de vizconde de Megido y Felixstore, a la par que ascendió al cargo de
mariscal de campo.
Entre los años 1919 a 1925,
Allenby fue nombrado Alto Comisario para Egipto. Finalmente, Allenby se mostró
partidario de conceder la independencia tanto para Egipto como para Etiopía
sábado, 28 de febrero de 2015
Valeriano Weyler Nicolau
Valeriano Weyler Nicolau
General español. Sus primeros pasos en el ámbito castrense los dio en el Colegio de Infantería de Toledo y, en 1861, una vez terminados los estudios militares, fue nombrado capitán del Estado Mayor. En 1868, ya con el rango de coronel, volvió a Cuba para dirigir el Batallón de Cazadores de Valmaseda.Derrotó a Santés en diciembre de 1873, lo que le valió el ascenso a mariscal de campo. Durante la Restauración su ascensión prosiguió, fue nombrado teniente general y se le adjudicó la Capitanía General de Canarias, que ocupó durante el período comprendido entre 1878 y 1883. Años más tarde, en 1888, dirigió la Capitanía General de Filipinas, hasta 1893. En su vuelta a España sirvió en Cataluña, tratando de sofocar los numerosos atentados anarquistas que se producían en aquella ciudad.
Fue nombrado ministro de Guerra durante el período comprendido entre 1901 a 1905, y en 1907. En 1905, ya en posesión de dicho cargo, no obedeció las órdenes del gobierno, ante los continuos ataques que estaba sufriendo el ejército por los numerosos escándalos de corrupción. Los oficiales no estuvieron tranquilos hasta que el rey les garantizó que defendería sus intereses. En 1909 fue el general que estuvo al mando de la represión llevada a cabo en Barcelona conocida como la Semana Trágica. El 23 de enero de 1910 fue ascendido al rango de Capitán General. En 1916 se hizo cargo de la Jefatura del estado Mayor Central del Ejécito, pero en 1925, con la dictadura de Primo de Rivera, y por su abierta oposición a éste y a su régimen, dimitió de su cargo e incluso tomó parte activa en la sanjurjada que trató de derrocar al dictador.
viernes, 13 de febrero de 2015
Obra
EL GRITO
- Su artista fue Edvard Much
- Tiene un tamaño de 91cm x 74 cm
- Creación en el periodo del Expresionismo
- Su genero es de arte abstracto
- Se creo en el 1893–1893
- Su técnica era con una pintura al temple, Pintura al aceite, Pintura al pastel
- Se ubica en la Galería Nacional de Noruega
El cuadro es abundante en colores cálidos de fondo, luz semioscura y la figura principal es una persona en un sendero con vallas que se pierde de vista fuera de la escena. Esta figura está gritando, con una expresión de desesperación. En el fondo, casi fuera de escena, se aprecian dos figuras con sombrero que no se pueden distinguir con claridad. El cielo parece fluido y arremolinado, igual que el resto del fondo.
Todas las versiones del cuadro muestran una figura andrógina en primer plano, que simboliza a un hombre moderno en un momento de profunda angustia y desesperación existencial. El paisaje del fondo es Oslo visto desde la colina de Ekeberg. El gritoestá considerado como una de las más importantes obras del artista y del movimiento expresionista, constituyendo una imagen de icono cultural.
En mi opinión, esta obra me expresa la desesperación de un hombre que se encuentra solo y no soporta el silencio ni el anochecer al finalizar el día.
Anécdota histórica
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